13 de Mayo, 2012 - [ En Inglés / In English ]

Escrito por el Padre Larry Gillick, de la Compañía de Jesús.
El Centro Deglman de la Espiritualidad de San Ignacio
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LECTURAS

Sexto Domingo de Pascua
[56] Hecho 10:25-26, 34-35, 44-48
Salmo 98:1, 2-3a, 3b-4
1 Juan  4:7-10
San Juan  15:9-1

Prep-oración

Meditación

“El Amor es agresivo.”

Nuestra Teología Cristiana dice que Dios es Amor. Egradior es una palabra en Latín que significa “yendo hacia fuera o estar avanzando.” La agresión, viniendo de la misma raíz del Latín, es diferente por el prefijo “a” que significan en contra. Por lo que se deduce que por la naturaleza de Dios de ser amor, entonces Dios esta siempre, “yendo hacia fuera” toda la eternidad.  El amar de Dios no es influenciado por nuestro buen o mal comportamiento. Nuestra apertura hacia el Dios que “va hacia fuera” es influenciada por nuestras actitudes y acciones. Lo que hacemos como humanos que aman, es continuar esa salida hacia fuera de Dios.

Reflexion

Mientras leía la Primera Lectura de este Domingo, leí la historia relacionada de los Hechos en el décimo capitulo. Me dije a mi mismo, “acabo de escribir sobre este capitulo. ¿Escribí una reflexión para el Domingo equivocado?” Cheque, y encontré que la Primera Lectura del Domingo de Pascua, de hace unas semanas, es tomada del mismo capitulo. Entonces, para refrescar sus memorias, aquí puse lo que había escrito.

El contexto de nuestra Primera Lectura es encantador. Cornelio, un hombre devoto y ferviente y centurión del ejercito Romano, tiene una visión mientras oraba en su casa en Caesarea. En esta visión, se le dice que su generosidad con los judíos ha sido aceptada por Dios. Entonces se le aconseja a Cornelio que mande buscar a Simon, llamado Pedro, en Jaffa.

Mientras tanto, Pedro tiene una visión cuando le da hambre antes de la cena. Una gran oveja le presenta a Pedro un menú de varias creaturas y le dice que coma. Pedro le dice que el no come cosas impuras. La voz de la visión amonesta a Pedro, “Lo que Dios ha hecho puro, tu no tienes derecho de llamar profano.”

Pedro esta reflexionando en esto cuando los dos hombres mandados por Cornelio llegaron para llevarlo a Caesarea. Cornelio ha juntado a sus conocidos y amigos para que escuchen a Pedro. Escuchamos la proclamación de Pedro, el cual es un breve resumen de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Pedro asume que estos no creyentes han escuchado los acontecimientos de la muerte de Cristo.

Lo que paso después del discurso de Pedro, no lo escuchamos como parte de nuestra Primera Lectura. El Espíritu Santo desciende y Pedro proclama que todos serán bautizados. Los judíos que acompañaban a Pedro se preguntaban si los demás podrían ser bautizados sin haber sido circuncidados. Entonces el enfoque cambia hacia la visión de Pedro de las creaturas impuras. Pedro y la primera iglesia tienen que extender el bautismo del Espíritu desde Jerusalén hacia todo el mundo. Todas las creaturas son ahora puras en el amor universal del Jesús resucitado.

Lo que nuestra Primera Lectura de hoy agrega es el verdadero bautismo de aquellos que no son judíos a quien Dios ha enviado el Espíritu Santo. Dios no tiene favoritos, muestra imparcialidad. Todos son incluidos en la “Nueva Creación” causada por la vida, muerte y Resurrección de Jesús.

El centurión Romano, en la percepción judía, esta tan lejos del amor de Dios, como Roma esta lejos de Jerusalén. Pedro, recordando su visión de las diferentes comidas, extiende su inclusión ofrecida por Jesús a los fines de la tierra, incluyendo a los odiados romanos opresores.

El Evangelio es una sección conocida del “Ultimo Discurso” de Jesús a sus discípulos. En estos cinco capítulos, del trece al diecisiete, Juan muestra a Jesús como el maestro amado que le recuerda a sus estudiantes de todo lo que El les ha tratado de enseñar y de lo que estará en el examen final. También les advierte sobre los peligros y trampas que se encontraran en sus caminos rumbo al examen. Hay algunos elementos de los Diez Mandamientos, el Sermón en la Montaña, y algunas bellas imágenes de Quien Jesús dice que Es, y Quien deben ser los discípulos.

Lo que escuchamos hoy es un mandato simple y directo, que si es seguido, continuara la personalidad y características centrales de Jesús mismo. “Ámense unos a los otros como yo los he amado.” Antes de decir esto, Jesús les dice que El los ha amado tan profundamente y tan íntimamente como el Padre lo ha amado a El. Permaneciéndose en este amor hará que crezca, y solo el sumar todas las enseñanzas de Jesús, lo harán posible y significativo.

Somos nombrados “amigos” y “elegidos.” Esto es fundamental para nuestro seguimiento de Jesús. Si creemos quienes somos, si nos tomamos enserio nuestros nombres, entonces mostraremos nuestras acciones de amor. Jesús  le dice a sus discípulos, y a nosotros, que “son parte de Mi, como Vid, son conocidos, amados, y escogidos para dar frutos.” El dar frutos es la razón de por la cual Jesús vino. Nosotros somos el fruto, empezando con los discípulos y esparciéndose con la primera iglesia hasta los fines de la tierra, incluyéndonos a nosotros.

Hace dos semanas Jesús le dijo a sus discípulos sobre el “pastor” que dio su vida por sus amigos. El amor no siempre se siente, pero es expresado con acciones, especialmente con la entrega generosa de la codicia, envidia, exigencias y expectativas. Siempre, el amar es mas fácil decirlo que hacerlo. Empieza con ser amado como un regalo, no como algo merecido. Los discípulos recibieron el amor de Jesús como el Padre amo a Jesús. Permaneciendo en ese amor resultara en permanecer como sacramentos “enviados” y “amados”. Muchos libros han sido escritos sobre el amor y como amar y expresar amor.

Cada uno de nosotros esta escribiendo ese libro por como entregamos nuestras vidas por nuestras hermanas y hermanos, sin destruirnos a nosotros mismos. Somos frutos y al mismo tiempo debemos estar enteros y llenos de gozo. He escrito esa reflexión sobre el amor y esto es mas fácil que salir de mi cuarto e ir a la cocina donde todo esta desordenado, como siempre. Amar a mis hermanos es mas fácil escribir que de lavar, secar, recoger; la lista sigue. ¿Alguien sabe del amor que no llama a entregar nuestras exigencias para seguir los mandatos de Jesús? Si es así, escríbelo, y serás famoso.

“Todo el que ama es engendrado por Dios y conoce a Dios.” 1 Juan, 4