Reflexiones Dominicales
Del Ministerio en línea De la Universidad de Creighton

10 de Julio, 2011- [ En Inglés / In English ]

Escrito por el Padre Larry Gillick, de la Compañía de Jesús.
El Centro Deglman de la Espiritualidad de San Ignacio
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Quinceavo Domingo del Tiempo Ordinario

LECTURAS

[103] Isaias 55:10-11
Salmo 65:10, 11, 12-13, 14
Romanos 8:18-23
San Mateo 13:1-23 or 13:1-9

Prep-oración

Las lecturas de nuestra liturgia de esta semana nos invitan a un sentido de fertilidad y fecundidad. Nosotros, los de la tierra se nos hizo llover por medio de la gracia de Dios de la vida santa. EL que riega y siembra son el mismo, dándole a la tierra y nuestra terrenalidad la ayuda para crecer del nivel de la tierra al nivel del cielo.

Oremos para recibir la gracia como los sembradíos beben de las sustanciosas lluvias. Nos bañamos en el amor de Dios como las flores absorben el calor del sol. Oremos para vivir generosamente la vida fructífera de dar la vida, para mantener la vida, y cuidar la vida en todas sus formas, desde sus primeros comienzos hasta sus últimos momentos.

Reflexión

Tenemos una sección poética en nuestra Primera Lectura del último capítulo del Libro de Consolación, también conocido como Isaías Dos. Este capítulo empieza con los famosos versículos acerca de la invitación de “vengan al agua todos ustedes que están sedientos.” Los quince capítulos de este Libro o sección, se tratan de cómo Dios da vida de nuevo a Israel dentro de una nueva alianza. La infertilidad de sus infidelidades pasadas son perdonadas y algo “nuevo” comienza.

El profeta ilustra el Dios fiel como El Que tiene una relación como las nubes mandan la lluvia. Esta fiel lluvia dará vida a la gente de Dios como la lluvia da vida a los cultivos. La fecundidad de los campos siempre fue una señal de bendición de Dios. El profeta usa una imagen agrícola conocida para recordarle a la gente que Dios es el dador de todas las cosas y que el trabajo de Dios es la santidad de la gente.

Hay una suave referencia a la promesa hecha por Dios en el tiempo de Noé, que no habría mas inundaciones y que la creación de Dios ya no se alejaría de Dios. En este poema, Dios está diciendo simplemente que Dios nunca se va a dar por vencido en la tierra ni en la gente, y que todo regresara al amado abrazo de El que Envía.

En las siguientes semanas estaremos escuchando parábolas. Estas son historias fáciles de recordar que pueden tener varias formas de interpretación. Están hechas para llamar la atención de la audiencia e invitar a la audiencia a identificarse con los lugares de las historias.

Afortunadamente, Jesús da una explicación clara y concisa de la parábola después de contarla. Esto ayuda al que dice la homilía y quizás también al escritor. Esta imagen nos es familiar. La persona que siembra la semilla y los diferentes tipos de tierra que reciben las semillas son presentados en una manera simple. La tierra produce de acuerdo a la calidad de su profundidad.

Jesús tiene una muy Buena interpretación de la Parábola con la que yo estoy totalmente de acuerdo. La parte más importante de esta Parábola del Evangelio es acerca de donde nos podemos encontrar a sí mismos. Es fácil decir que somos la tierra de “a un lado del camino” o la “tierra pedregosa” o la “tierra con espinas”. ¿No hay “tierra fértil” paraque alguna semilla encuentre su enraizamiento?

Enseñe poesía a los estudiantes de segundo año de preparatoria, bueno al menos eso intentaba. Sus respuestas normalmente eran, “¿Por qué el tipo simplemente no lo dijo sin rodeos y llego al punto?” ¿ Por qué Jesús no va al punto? El “punto” aquí es el Misterio del Reino y hubo algunos que lo escucharon como punto de vista y conocimiento ideológico , pero ellos no permitieron un“ punto” más cercano, interior y permanente.

El conocimiento y el entendimiento no salvan. Las respuestas crean más preguntas. Las parábolas son para aquellos que saben mas allá del conocimiento. Escuchan y ven más allá de los sentidos. Las tribulaciones, persecuciones, miedos terrenales y los deseos por las riquezas son parte del suelo humano. La Palabra de Dios, Jesús, ha venido a identificar el suelo, mejorarlo y ayudarlo en conocimiento y crecimiento.

Estamos en el corazón de la clase de San Mateo en Quien Jesús es, y Que nos hace Su Venida. Estamos en la escuela de intimidad. Entre más cerca El viene a nuestra parte del suelo, más fructífero nos volvemos y el no nos dejara solos. Si estamos por nuestra cuenta, se marchitara y por siguiente a nuestros caminos. Por nosotros mismos estaríamos ahogados por nuestras exigencias egoístas.

Una vida fecunda es como la gente vive bajo la influencia de la persona de Jesús. Mientras reflexionamos en la liturgia de la semana pasada, las relaciones cambian las personas en la relación. Normalmente la intimidad de una relación trae cambios que no son percibidos inmediatamente por los demás. Otros pueden ver cambios y los cambios son normalmente definidos como ser más vivos, llenos de alegría, mas de quien ellos han querido ser. Las ideas no nos cambian mucho o profundamente. La influencia de la gente importante de nuestras vidas nos cambian más allá que el poder de la mente. Dios amo tanto el mundo que Dios no mando ni una idea ni un libro. Dios hiso llover gracias dentro de la Persona de Jesús, la Palabra que se mantiene hasta que la buena tierra recuerda quien es. ¡Entonces Dios si vino y fue al grano!

Lo que queda es nuestra estancia es estar atentos no a Jesús como maestro o idea que da, sino a Jesús, que quiere amorosamente traer la bondad de Dios a nuestro Buen Suelo.

“Degusta y ve la bondad del Señor;
bandito es El que espera en Dios” Salmo 34, 9

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