Debemos elegir que nuestros hogares sean un lugar lleno de cosas santas que ayuden a elevar nuestra mente y nuestro corazón a Dios. Nuestro mundo está lleno de tantas imágenes que atraen nuestras mentes y corazones a otros lugares. Aquí hay algunos símbolos que tendrán el significado continuo que les damos, para nosotros y para nuestras familias y seres queridos.
Un Crucifijo
Probablemente todos tengamos un crucifijo en nuestra casa. Si no, la Cuaresma podría ser un momento maravilloso para comprar uno y colocarlo en un lugar central. Incluso el dibujo que un niño hace de la muerte de Jesús para nosotros puede ser un recordatorio poderoso y conmovedor del amor de Dios.
Agua
Un simple cuenco de agua, en un lugar central, puede transformarse en un recordatorio continuo de nuestro camino hacia la fuente del bautismo para la renovación del compromiso y la vida en Cristo. Quizás podamos orar por ello. "Señor, que esta agua nos recuerde nuestro bautismo y sea una bendición para nuestro hogar, donde se vive cada día nuestra muerte y resurrección en ti. Bendícenos, mientras nos firmamos con ella cada día".
Arena
Quizás un cuenco de arena pueda ayudarnos a recordar nuestro viaje. Dios guió al pueblo en su viaje por el desierto. El mismo Jesús recreó ese viaje para enfrentar sus propias tentaciones. El desierto puede ser un lugar de retiro, donde no hay distracciones. Puede ser un buen lugar para dejarnos guiar y afrontar nuestras tentaciones.
Una Vela
Imaginemos tener una vela en un lugar central de nuestro hogar. Imagínese orar juntos por ello al comenzar la Cuaresma. "Señor, gracias por el don de tu Luz en medio de toda oscuridad. Que esta vela sea un símbolo de nuestra fe en tu presencia entre nosotros". E imagínense si encendemos esta vela cada vez que nos sentimos tentados a alejarnos de la Luz de Jesús, cuando experimentamos tensiones en nuestro hogar, cuando necesitamos gracias especiales. Imagínense cuán poderoso será experimentar el encendido del Fuego Nuevo en la Vigilia Pascual.
Quizás tengamos velas bautismales que nos regalaron a nosotros o a nuestros hijos en el bautismo. Puede resultar muy significativo sacarlos y colocarlos cerca de nuestra vela central. Podemos recordar las palabras que se pronunciaron cuando recibimos esta vela: "Recibid la Luz de Cristo... Mantened esta llama encendida brillantemente".
Quizás tengamos las vestiduras bautismales blancas que se han usado en nuestra familia para el bautismo. Estos se podrían sacar. Podemos recordar las palabras: "Mira en las vestiduras blancas que vistes, el signo exterior de tu dignidad cristiana. Lleva esta vestidura sin mancha a los gozos de la vida eterna". Podemos dejar que nos recuerde nuestra vestidura blanca, cuando veamos a los recién bautizados salir de la pila del bautismo y recibir sus nuevas vestiduras blancas. Es un símbolo del sacerdocio en Jesús que todos compartimos.
Una Biblia
La Palabra es muy importante para nosotros durante la Cuaresma. Quizás la presencia prominente de una Biblia en nuestro hogar pueda representar para nosotros nuestro deseo de tener la Palabra de Dios en nuestras vidas. Imagine la experiencia que podría ser nuestra si, cuando sentimos una nueva inspiración o un ablandamiento de nuestro corazón, o simplemente un sentimiento del amor de Dios, tomamos esa Biblia y la besamos simplemente y con reverencia.
Un símbolo de limosna
Muchos de nosotros crecimos con una sencilla caja para donaciones a los pobres de todo el mundo en la mesa de nuestra cocina. La Operación Plato de Arroz, una práctica de Cuaresma de Catholic Relief Services, ha ofrecido una herramienta sencilla para hacer que esta forma de hacer limosna en casa sea muy concreta y centrada en la solidaridad con aquellos que tienen mucho menos que nosotros. La clave es dar un enfoque a nuestros sacrificios como familia (comer o vivir de manera más simple durante la Cuaresma) de una manera que conecte directamente esos sacrificios con las necesidades de los demás. Obtenga más información en nuestra página sobre limosna en casa .
¿Hay otros símbolos que llenan de significado y fe nuestro camino particular? |