Retiro “Online”
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Un Ministerio de la Oficina de Ministerios Colaborativos en la Universidad de Creighton.
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Semana 20

Guía

Las Tentaciones en el Desierto.

semana 20

No hay mayor revelación personal que dejar ver nuestras tentaciones. En la contemplación de esta semana, Jesús nos muestra contra lo que tuvo que luchar. En nuestro creciente deseo de conocerle, en nuestro afecto cada vez más profundo hacia Él, en esta poderosa atracción a acompañarle en su misión, nos sentimos motivados a entender sus luchas. A medida que nos va revelando las profundidades de su proceso interno de liberación para hacer la voluntad de Dios, veremos que Jesús conoce nuestro creciente deseo de ser libres.

Hay un buen número de elementos claves en nuestras contemplaciones de esta semana que nos ayudarán a enmarcar nuestra reflexión. Jesús no huye de las tentaciones. De hecho, es el Espíritu Santo de Dios quien lo guía al desierto para enfrentar estos demonios. Primeramente, Jesús ayuna. Quiere estar ligero, preparado, alerta y hambriento. Jesús encara su identidad. Las tentaciones van dirigidas a su identidad y su personalidad. Jesús enfrenta las tentaciones utilizando su poder personal para sí mismo, en vez de para los demás.

La libertad se basa en saber enfrentar la tentación de utilizar el poder personal para liberarse. El demonio siempre está listo para aprovecharse de nuestros apetitos e infundirnos el temor a morir de hambre. El egocentrismo siempre derrota nuestra habilidad de entregarnos libremente a los demás. Los Evangelios nos dicen que Jesús conoció esta tentación. Aprendió a depender de la palabra de Dios como sustento. Entonces se hizo libre para ser destruido y entregado a todos nosotros como alimento.

Para ser libres, debemos enfrentar la habilidad que tenemos para utilizar nuestros dones con el fin de atraer a los demás hacia nosotros. Es trágico ser dotado y manipulador. Nuestro yo interno se vuelve hueco cuando solamente deseamos atención, afirmación, ser admirados, ser aceptados. Jesús encaró esta tentación. Decidió no utilizar sus dones de manera arrogante. Escogió la libertad. Su primera elección fue entregarse a los deseos de Dios. El desprecio y el rechazo hubieran sido alegremente aceptados si le hubieran ayudado a cumplir con su deber – para con el prójimo.

El deseo de libertad siempre nos pondrá cara a cara con un deseo de alcanzar nuestro propio reino. ¿Qué es lo que puedo coleccionar, lograr, llevar a cabo, recibir como reconocimiento, señalar como símbolo de mi valor personal? Jesús conoció esta tentación. Vino al mundo para vivir en la libertad de la oración: “Tuyo es el reino, el poder y la gloria, por siempre, Señor.”

Utiliza las sugerencias de la derecha para comenzar y para apoyar la contemplación de esta semana. Durante nuestra semana, cada día de esta semana, dichas tentaciones y la libertad que Jesús escogió pueden formar parte de nuestra conciencia. Así crecerá nuestro amor por Él. Y nuestros deseos de acompañarle en su libertad también crecerán.


Algunas Sugerencias Prácticas para Empezar Esta Semana

Empezar esta semana es fácil. Lee los Evangelios de Mateo y Lucas en los pasajes sobre las tentaciones. Luego deja a un lado el texto de las escrituras.. Lo importante para nosotros a la hora de contemplar este misterio de las tentaciones de Jesús es que penetraremos en su significado.

Este tipo de reflexión que nos ayudará a preguntar: ¿Qué es lo que ocurre cuando YO soy tentado? ¿Acaso quiere decir que una parte de mí realmente quiere el objeto de dicha tentación? No importa que la tentación sea comer una bolsa grande de papas fritas o un paquete de barras de chocolate, o algo mucho más serio. Se está librando una batalla entre algún deseo o ansia y la convicción interna de que esto no me hace bien. ¿Qué quiere decir que, en medio de su hambre, Jesús fue tentado a convertir las piedras en hogazas de pan? No se trata de una tentación para utilizar poderes mágicos de manera frívola. Debe ser que se está librando una batalla entre sus propios deseos internos.

Durante toda la semana, en esos momentos de intervalo, podemos reflexionar sobre lo que debió haber sido esta lucha interna por alimentarse. ¿Qué tipo de ejemplos concretos y personales me vienen a la mente?

Podríamos sacar tiempo para orar en algunos momentos del ajetreado día, usando nuestra imaginación, para crear una escena en la cual podríamos ser testigos de las tentaciones de Jesús. Podría convertirme en un personaje de dicha escena y sentirme conmovido de admiración y amor, ante la revelación que Jesús me concede. Podría hacer esto con cada tentación.

Sin embargo, durante la semana podemos beneficiarnos de los patrones de apoyo que hemos utilizado en el retiro desde el principio. Al levantarme de la cama por la mañana, puedo concentrar mi atención sobre el tema de esta semana y mi deseo para cada día: un conocimiento más profundo de esa persona que me ha amado con toda su vida, y a quien estoy llegando a entender y amar cada vez más profundamente.

Durante cada día de esta semana, no solamente trataré de usar todos los momentos de “telón de fondo” para reflexionar sobre las imágenes de las tentaciones de Jesús que lleguen a mí, sino también para ver la realización de este misterio en el misterio de mi vida cotidiana. Si Jesús fue realmente tentado del mismo modo que yo, entonces podré conocer mejor su corazón y su personalidad, dejando que las tentaciones que surjan en mi vida diaria den forma y color a mi reflexión sobre sus tentaciones. Luego, cada vez que me sienta tentado por la ira y el cinismo, a ser manipulador o intransigente, deshonesto o injusto, indiferente o simplemente egoísta, conoceré mejor el corazón de Jesús.

Finalmente, cada noche cuando me acueste, podría tomar un instante para expresar mi agradecimiento, en palabras que se hagan cada vez más personales – de amigo a amigo- expresando lo que siento y pidiendo lo que deseo.

Para el Viaje

Rezaremos esta semana con el “Escuchando a Jesús”. La semana pasada, observamos su bautismo y su vida pública como el Cristo. Jesús escuchó a Su Padre anunciar públicamente que Él es el Hijo Amado.

En el Evangelio de Mateo, este bautismo tiene lugar al final del tercer capítulo. Mateo nos ofrece el drama de Jesús escuchando al Tentador al inicio del siguiente capítulo. Ignacio nos presenta la misma secuencia. Como ha escuchado la voz armonizadora de Su Padre, Jesús es libre para escuchar las tentaciones “desarmonizadoras” y desacreditadoras del Maligno.

Entraremos en dicha escena para observarnos y escucharnos haciendo caso a las invitaciones del Diablo y a la sencillez de Jesús a la hora de aceptarse a sí mismo. Jesús hace mucho más que rechazar las tentaciones; con toda sinceridad, se recibe a Sí mismo. Estamos conscientes de nuestra atracción hacia las riquezas, el poder y el control. Éstas son unas cuantas de las muchas maneras de descubrir y expresar nuestra frágil personalidad. Ignacio ofrece a aquellos que quieren seguir a Jesús, la experiencia de rechazar la falsedad de aquellas identidades que nacen de la búsqueda de valores materiales y sociales. Jesús escuchó y creyó, y ahora comienza a vivir Su confianza en Su Padre y en Su identidad, según las palabras de Su propio Padre.

Esta semana rezaremos observando al Diablo tratando de vencer a Jesús. Es un debate muy tenso, y nos alienta a ser fieles a las tensiones creadas por nuestras frágiles percepciones de cómo Dios nos identifica. El Maligno trabaja constantemente para falsificar nuestro sentido de dignidad, nuestra ordenación hacia Cristo y nuestra santidad. Nosotros también hemos sido bautizados a Cristo y Su dignidad. También escuchamos los insistentes llamados a desconfiar de la identidad que Dios ha creado para nosotros y de las bendiciones que Cristo nos ha obsequiado.

Quizás podamos escuchar el suspiro de alivio que da Jesús cuando se marcha el Tentador. Quizás sea una plegaria de gratitud y una pacífica oración de confianza que nace del conocimiento de Su verdadera identidad. Cristo también sabe que el Tentador volverá a aparecérsele de muchas maneras, y que no será la última vez que Su ordenación bautismal será desafiada. Le observaremos descansando en soledad, pero acompañado. Cristo comienza a experimentar la unidad entre Él y Su Padre, lo cual no tiene que ser probado transformando piedras en pan.

En los Ejercicios Espirituales, Ignacio nos invita a caminar apoyados más en la fe del amor de Dios que en signos y pruebas como muletas para la travesía. Esta peregrinación a la que hemos sido llamados no es fácil, y va extremadamente en contra de las costumbres de nuestro mundo y de nuestros deseos naturales de seguir mapas, señales y seguridades. Esta semana rezaremos pacientemente con nuestras respectivas identidades y observaremos a Jesús dirigiéndose a nosotros con Su sabiduría, para invitarnos a retomar nuestras frágiles vidas para emprender el camino hacia Su futuro y el nuestro.


En Estas Palabras o Palabras Similares

Querido Jesús:

¡Qué humano eres en verdad! Gracias por invitarme a acompañarte en los momentos de tus tentaciones. Me sentí muy conmovido al verte tan vulnerable. Sé que estabas hambriento después de 40 días sin alimento. Y sin embargo, las sugerencias del Diablo para que convirtieras piedras en pan no me parecieron un desafío para que hicieras un acto de magia. Me pareció más bien que se trataba de cómo resististe la tentación de ceder a la inmediata necesidad de saciar tu hambre. Quisiste poner fin a Tu ayuno solamente cuando te pareció que era la voluntad de Dios, no una motivación mundana.

La mayor tentación fue luchar con el deseo de vanagloria. El diablo te invitó a hacer algo que no aparentaba ser tan malo: el diablo te prometió poder y gloria. ¡Qué tentación debió haber sido para justificarte, para forzar a que los demás te vieran como persona poderosa e importante.

Te observé luchando con todo esto, diciéndote a Ti mismo que pudiera ser algo muy bueno, que ayudaría al avance de Tu ministerio y a llegar a mayor número de personas. Pero Te detuviste y lo presentaste a Dios, Tu Padre y fuente de toda Tu vida. Al inclinarte en oración, supiste que no querías la gloria. Querías liberarte de las cadenas del egocentrismo para seguir tu profundo deseo de servir a Dios. No podías aceptar el poder ni los honores – a no ser que vinieran de Dios.

Querido Amigo, ¿cómo puedo aprender de Ti ese tipo de fuerza? ¿Cuántas veces he fracasado en mi lucha contra las tentaciones al apoyarme, no en lo que Dios desea para mí, sino en mis propios deseos de evitar las humillaciones o de ser exitoso? Ayúdame a desear solamente servir a Dios, a liberarme de las trampas del éxito y el reconocimiento, y a aprender a sentir el gozo de esa libertad.

Mientras más Te conozco, más quiero ser como Tú, vivir como Tú. Gracias por Tu amistad. Gracias por Tu compañía y por Tus profundos llamados.


Oración para Empezar Cada Día:

Señor, deseo tanto prepararme bien para este momento.
Quiero estar completamente listo, atento y disponible para Ti.
Por favor, ayúdame a aclarar y purificar mis intenciones.
Tengo tantos deseos contradictorios.
Mis actividades parecen estar tan llenas de agobio,
corriendo detrás de cosas que realmente no importan ni duran.
Sé que si Te entrego mi corazón
todo lo que haga seguirá los dictados de mi nuevo corazón.
Que todo lo que soy hoy día,
que todo lo que trate de hacer hoy,
que todos mis encuentros, mis reflexiones,
hasta mis frustraciones y fracasos,
sirvan para poner mi vida en Tus manos.

Señor, mi vida está en Tus manos.
Por favor, permite que este día sea para alabarte.

Lecturas Bíblicas:
Marcos 1:12-13
Mateo 4:1-11
Lucas 4:1-13