Retiro “Online”
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Un Ministerio de la Oficina de Ministerios Colaborativos en la Universidad de Creighton.
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Semana 21

Guía

Jesús Nos Invita a que Le Acompañemos

semana 21

A medida que Jesús nos va revelando su historia, no podemos evitar sentirnos atraídos hacia Él. Esta semana, tenemos el privilegio de contemplar a Jesús como Aquél que llama a sus compañeros a servir con Él. Si en el pasado nos sentimos inclinados a ver los llamados de Dios como “obligaciones” que nos hacían sentir ambivalentes, ahora se trata de algo diferente. En este retiro, estamos tomando conciencia de dicha atracción hacia la persona de Jesús, y de Su manera de responder al llamado de Dios, lo cual nos hace acercarnos a Él con profundos deseos de conocerle mejor.

Las Lecturas de la derecha nos presentan el texto de diversos llamados que los evangelistas nos ofrecen. Durante toda esta semana, dejemos fluir dichos llamados por nuestra conciencia. Cada momento que podamos tomar para imaginarnos estas escenas en la oración, enriqueceremos la semana. Podremos entrar en dichas escenas, para observar y escuchar, para dejarnos envolver por el drama del llamado y la respuesta.

El verdadero poder de esta semana radica en nuestra capacidad para ser cada vez más fieles, todos los días, a esa sensación de que Jesús nos acompaña durante cada día. Al despertar y prepararme para el día, para hacer mi trabajo, relacionarme con los demás, tomar descansos, experimentar una gama de emociones, cometer errores, tratar de ser cuidadoso, buscar oportunidades de ser compasivo, tomar decisiones difíciles, experimentar la alegría de amar y ser amado, y volver a dormir con una plegaria de gratitud – durante todo el día – podré saborear la realidad de Jesús llamándome para unirme a Su “sí”.

Estamos experimentando el poder de este retiro, orando una y otra vez por la gracia de conocerle más íntimamente, enamorarme de Él más profundamente, y ser envuelto por el patrón de Su vida más completamente, para transformar realmente nuestras vidas. El amor cambia nuestra manera de tomar decisiones, porque el amor cambia lo que deseamos. Mientras más nos enamoremos de Jesús, más amaremos Sus acciones. Estar “con Él” se convierte en un creciente deseo.

Utiliza todas las sugerencias de la derecha. Para Empezar Esta Semana nos ayudará a denominar los tres grados de acompañar a Jesús. Nuestro viaje nos llamará a reubicar las decisiones de vida para estar cada vez más cerca de Jesús. Aquél que nos pregunta, “¿A quién buscan?” sabe la respuesta, y siempre nos invita con el “Vengan, síganme.”


Algunas Sugerencias Prácticas para Empezar Esta Semana

Se ha dicho que “la imitación es la más alta forma de elogio”. Ese dicho resulta ser verdadero a medida que avanzamos en este retiro, incorporándolo a nuestra vida cotidiana. Habiendo experimentado el amor que Jesús nos tiene, y concentrándonos en los detalles de Su nacimiento y Su vida hasta el momento presente, pediremos: “Señor, ayúdame a estar contigo, a imitarte con entrega y amor.”

Esta imitación nos hace crecer. Nuestro deseo de acompañar a Jesús transforma nuestras vidas. No hay un deseo completo de rebelarse contra Dios. El amor que sentimos en nuestros corazones deshace una gran parte de nuestros deseos egoístas. Cuando fijamos nuestra mirada en Jesús, es muy poco probable que caigamos en pecados serios.

Con el paso del tiempo, el amor transforma el corazón más aún. Con cada día que pasa, adoptamos los deseos del otro. No solamente irá retrocediendo la rebelión egoísta que hay en mi vida, sino que una variedad de cosas que yo antes prefería se hacen menos importantes. Antes de crecer en un amor así por Jesús, y en el deseo de acompañarle en Su misión, de haber podido elegir, hubiera preferido ser rico a ser pobre, ser honrado en vez de deshonrado, tener una larga vida en vez de una corta. En dichas opciones, y en cientos de otras opciones a lo largo de mi vida, lo que más me conviene hubiera sido el centro y el criterio de mi decisión. Pero ahora todo esto está cambiando. A medida que crece la atracción del amor, quiero lo que sea que me pueda ayudar a acompañar a Jesús. Y, por supuesto, este tipo de amor aligera el espíritu y facilita lo que de otra manera hubiera sido muy difícil. Nos volvemos más amorosos y compasivos, más generosos y sacrificados, más valientes y justos en nuestra vida cotidiana.

El amor que crece siempre desea una unión cada vez más profunda. Se dice que las parejas de edad avanzada, que se han amado profundamente durante toda la vida, pueden anticipar sus necesidades mutuas, y si uno está enfermo, la otra preferiría sufrir la enfermedad a ver a su consorte sufriendo. Liberados de nuestros deseos rebeldes de antaño, de nuestra manera de decidir según nuestras preferencias, podrá crecer nuestro deseo de unión completa. Por medio del amor, llegaremos a añorar la experiencia del otro. Si aquél a quien amo está sumido en la pobreza, el sufrimiento o el rechazo, ya no querré apartarme para escudarme de esa experiencia. Me resultará algo natural ver la pobreza, el sufrimiento y el rechazo como parte de nuestra relación. Sencillamente quiero estar con la persona amada. Mientras más veo a Jesús entregándose al servicio de los demás para gloria de Dios, mayor será mi deseo de estar en manos de un Dios amoroso, tal como hizo Él. A medida que voy viendo la pobreza de Su entrega, yo también la deseo. Cuando Le veo desprovisto de reconocimiento y purificado en Sus deseos, también añoro esas mismas experiencias. Y cuando le veo entregar Su vida para hacer la voluntad de Dios, también quiero acompañarle en ese momento.

Dentro del contexto de nuestra contemplación de Jesús llamando a Sus discípulos, podemos sentir nuestro deseo de acompañarle en Su misión. Podemos pedir, rogar, por un grado más profundo de crecimiento en el amor. Esa atracción, que nos lleva al deseo de acompañarle, hará nacer en nosotros el profundo deseo de unirnos a Él.

Recordaremos dichas reflexiones al levantarnos cada mañana de esta semana, en los distintos momentos de telón de fondo de cada día, y así podremos ofrecer nuestra acción de gracias con las más tiernas palabras al final de cada día. Nuestros corazones están siendo preparados para las contemplaciones de las próximas semanas.

Para el Viaje

En estos días consideraremos los gestos de Jesús. Ignacio invita a quienes están haciendo los Ejercicios a estar presentes en los sucesos de la vida de Jesús, de tal manera que parezca que dichos sucesos forman parte de nuestras vidas. Estaremos tan presentes, que podremos observar y escuchar a este Dios-Hecho-Hombre adoptando cada faceta de la condición humana.

Después de haber sido tentado por el Maligno, Jesús caminó por las orillas del Lago de Galilea y llamó a dos conjuntos de pescadores. Aparentemente Jesús era tan atractivo, que dejaron sus trabajos anteriores para llevar una vida más significativa. Jesús llega como la luz, y por tanto ilumina a Sus primeros cuatro seguidores. Éstos decidieron permanecer en la luz.

Como descubrieron los primeros seguidores de Jesús, permanecer en la luz, permanecer iluminados, puede ser demasiado brillante, de manera que en ocasiones se alejaron un poco hacia las sombras de la duda, de la resistencia y del egocentrismo. La respuesta de Jesús es siempre una invitación alentadora a regresar a Dios y a reformarnos. Mediante Sus instrucciones y actos de caridad a favor de Sus seguidores, Jesús les informó sobre Su identidad y la de ellos mismos. De esta manera, la información les lleva a la reforma, y finalmente a ser semejantes a la Persona que les amó tanto como para permitirles acompañarle en Su camino.

Jesús les ofreció signos y gestos que les motivaron a seguir Su forma de vida. Durante esta semana y las siguientes, estamos invitados a ver dichos gestos de Jesús de tal manera que podamos considerar nuestra reforma y conformación según Sus directrices. Jesús no nos llama a ir por delante ni por arriba de Él, sino al lado y atrás. De una manera extraña y misteriosa, podemos observarle frente a nosotros, pero nos llama desde atrás. Respeta tanto nuestra libertad, que nos permite seguir éste o aquel camino, sin dejar de observarnos desde el Suyo. De manera que aquí está Jesús, a quien observamos con la finalidad de seguirle, y luego Él sigue nuestras decisiones y nos ofrece ciertos gestos como pruebas de Su fidelidad.

Nuestra plegaria de esta semana se concentra en cómo tomamos conciencia de Sus acciones en la vida de las personas que fueron a llamadas a seguir a Jesús en Su vida pública desde el principio. ¿Acaso hemos visto suficientes acciones suyas como para llevar a cabo ciertos cambios de adaptación en nuestras vidas, que Lo harán más accesible a aquellas personas dominadas por el egoísmo? Nuestras entradas y salidas del mundo de la luz determinan el patrón de nuestro acercamiento a Jesús, y nos explican por qué Él nos observa continuamente con respeto y compasión. Los principales cambios en la vida de cualquier ser humano son resultado de haber conocido otras personas influyentes e impresionantes. La oración de esta semana es una respuesta a los gestos de un Dios que quiere ser influyente e impresionante, pero respetando nuestro libre albedrío. ¿Acaso hay alguna decisión surgiendo de nuestras decisiones esta semana?


En Estas Palabras o Palabras Similares

Querido Jesús:

Estoy escuchando tu llamado. Siento la profundidad de tu amor y tu deseo de que yo te acompañe en esta travesía. Te observo cuando llamas a los discípulos, amorosamente y con gran amistosidad. Les impartes Tus enseñanzas y luego los envías al mundo a sanar y a difundir Tu mensaje.

Cuando leo sobre Tu llamado a los pescadores en la orilla del Lago de Galilea, yo también escucho Tu llamado. Quiero ir contigo. Te sigo por la playa, y cuando te detienes, das la vuelta con gran suavidad para mirarme amorosamente. Me preguntas: “¿Qué quieres?”

Estoy descalzo en la playa y trato de expresar lo que siente mi corazón. Quiero acompañarte doquiera que vayas. Quiero decidirme por todo lo que me acerque más a Ti, para que mi vida se asemeje más a la tuya. Quiero tomarte de la mano caminar contigo por los distintos poblados, por los mercados, y por esos lugares de mi vida que me inspiran temor.

Siento Tu llamado de una manera tan directa y personal, que puedo verte amándome mientras trato de conformar mi vida a la tuya. Sé que estoy tomando decisiones para adaptar mi vida, para ver las cosas con Tus ojos, para tomar mejores decisiones. Y sé que me observas con amor mientras llevo a cabo dichos cambios.

Mi querido y amado amigo. Gracias por llamarme junto a Ti. Gracias por quererme a Tu lado. Gracias por brindarme este profundo deseo de estar contigo. Mi amor por Ti crece con cada semana que pasa, a medida que nos hacemos más y mejores amigos y voy sintiendo Tu amor por mí. Quiero estar contigo de una manera nueva y más profunda. Enséñame. Déjame vivir cada día dándome cuenta de que siempre estás conmigo, hasta cuando mis deseos me hacen caer. Permíteme sentir Tu mano que me guía por doquiera que voy.

Quédate conmigo, querido Amigo. Déjame sentir Tu amor. Déjame decirte que sí. Gracias por estar tan cerca de mí.


Oración para Empezar Cada Día:

Señor, deseo tanto prepararme bien para este momento.
Quiero estar completamente listo, atento y disponible para Ti.
Por favor, ayúdame a aclarar y purificar mis intenciones.
Tengo tantos deseos contradictorios.
Mis actividades parecen estar tan llenas de agobio,
corriendo detrás de cosas que realmente no importan ni duran.
Sé que si Te entrego mi corazón
todo lo que haga seguirá los dictados de mi nuevo corazón.
Que todo lo que soy hoy día,
que todo lo que trate de hacer hoy,
que todos mis encuentros, mis reflexiones,
hasta mis frustraciones y fracasos,
sirvan para poner mi vida en Tus manos.

Señor, mi vida está en Tus manos.
Por favor, permite que este día sea para alabarte.

Lecturas Bíblicas:
Marcos 1:18-20
Lucas 5:1-11
Mateo 9:9-13
Lucas 18:18-30
Juan 1:35-42
Marcos 3:13-19
Lucas 9:1-6
Lucas 10:1-12
Lucas 9:57-62
Lucas 19:16-28