Retiro “Online” Semana 24 Guía Durante las últimas once semanas hemos podido contemplar la vida de Jesús. Él se nos ha mostrado dentro del contexto de nuestro examen de Su misión y nuestra manera de vivir. Hemos considerado “Dos Maneras de Desear” en la Semana 17 y “Tres Tipos de Respuestas” en la Semana 18. Al contemplar Su llamado a los discípulos, en la Semana 21, consideramos “Tres Grados” de estar con Jesús, en la sección “Para Empezar”. Ahora comenzaremos a contemplar cómo todo esto es llevado a cabo en la vida de Jesús. Empezaremos a sentir la tensión que va desarrollándose a medida que Jesús habla cada vez más proféticamente. Cuando estudiamos las lecturas de la derecha, nos sobrecoge Su libertad y Su claridad. Jesús ve a través de la hipocresía y así lo expresa. El temor a las represalias no le detiene a la hora de denunciar las injusticias. Jesús sabe lo que ocurre a los profetas. Sus palabras surgen de las más puras pobreza e indiferencia. Puede entregarse a la humillación, al rechazo, y hasta a la muerte misma, pues se ha convertido en un humilde servidor de Su misión. Esta semana queremos penetrar en la tensión y la libertad. Queremos seguir pidiendo Su cercanía a medida que dejamos que nos muestre esta parte profética de Su espíritu. Jesús es el Maestro, el Sanador, el que clama justicia, al precio de Su propia vida. En todos los momentos de telón de fondo de nuestra semana, podemos imaginar las palabras de Jesús que se enfrentan a la hipocresía. Podemos sentir la tensión y la libertad de Su espíritu. Podemos dejar que penetre en nuestros corazones. Podemos hablar con Jesús sobre el amor y la admiración que sentimos por Él, y nuestro deseo de unirnos a Su vida justiciera. Las sugerencias para comenzar,
Para el Viaje, y las oraciones, resultarán muy útiles
esta semana. La foto podría inspirarnos esta semana y
convertirse en un símbolo de nuestro deseo de ser libres
para la misión. El Padre John Cortina, S. J., uno de
los más inspirados jesuitas de El Salvador, predicando
frente a un mural con la imagen del Arzobispo Oscar Romero,
puede recordarnos durante toda la semana cómo el seguir
a Jesús sigue manifestándose en el heroísmo
y el martirio, en nombre de la justicia, aún en nuestros días. Todos nos sentimos inspirados por un héroe – alguien que dé muestras de gran valentía al arriesgarse por llevar a cabo una meta tremenda. Esta semana nos dejaremos inspirar por la heroicidad de Jesús. Es Su espíritu el que ha inspirado y potenciado la visión y la libertad de incontables mártires y testigos desde antaño hasta nuestros días. Para empezar, necesitamos estudiar las lecturas y experimentar realmente lo que le costó a Jesús poder enfrentarse a los líderes religiosos de su época. Para penetrar más profundamente en un ejemplo de la poderosa inspiración del espíritu profético en nuestros tiempos, podemos alquilar tres películas: El Salvador, Romero, y Rosas en Diciembre. Dichas películas podrían ofrecer ciertas imágenes dramáticas para complementar las escenas evangélicas, procedentes de un país en lucha por la justicia – especialmente en las vidas del Arzobispo Oscar Romero y Jean Donovan, quien junto a tres monjas norteamericanas, fue asesinado brutalmente en El Salvador. Estamos aproximándonos a la parte de la vida de Jesús en que es llamado al viaje a Jerusalén para entregar Su vida. Jesús no hace esto como víctima pasiva y sin sentido de alguna fuerza enfermiza. Jesús nos dice en lo que se ha convertido – en la Palabra de Dios entre nosotros. En estas semanas del retiro también estaremos avanzando con porciones de nuestras mentes y nuestros corazones, reflexionando sobre cómo seremos transformados por esta experiencia. Nuestro deseo de escoger más libremente – que va tomando forma gracias a nuestra creciente admiración y amor por Jesús – se ha haciendo cada vez más concreto. Esta semana seguiremos sintiéndonos atraídos por Jesús, porque nuestro deseo de estar con Él irá transformando verdaderamente nuestra vida cotidiana. Al despertarnos cada mañana, recordaremos Su claridad profética, cómo vino a proclamar la libertad a los cautivos y a comunicar la buena nueva a los pobres como su defensor. Durante el día, en todos los momentos de telón de fondo, nos haremos más sensibles para poder ver las fuerzas en acción que son contrarias a los valores religiosos, contrarios a la dignidad de la vida humana, contrarios a la justicia. Cuando leemos el periódico o escuchamos la radio, podremos captar mejor “el grito de los pobres” en los titulares tanto mundiales como locales, y estaremos más sintonizados con las voces que defienden los valores y la justicia. Al final de cada día podremos dar gracias a Jesús por mostrarse tal cual es, atrayéndonos hacia Sí, mujeres y hombres al servicio de los demás. Por favor, considera compartir
las gracias que hayas recibido con otras personas que estén
haciendo este retiro haciendo “clic” en el “link”
titulado “Para Compartir”. Las gracias que se te hayan concedido
contribuirán, de maneras insospechadas, a aumentar la
valentía y la fe de otros. Para el Viaje Esta semana oraremos con un hombre en conflicto, no dentro de Sí, sino con aquellos que Le escuchan como algo nuevo y diferente. Los fariseos y sus escribas, como líderes religiosos de su época, estaban apegados a sus tradiciones añejas y muy vividas. Conocían muy bien sus escrituras y el arte de estudiarlas por su profunda sabiduría y significado. Jesús procede de las mismas tradiciones religiosas y entra en discusiones con los fariseos con una nueva manera de interpretar dichas mismas escrituras. Jesús es visto como un rebelde y agitador del pueblo. El encuentro de su fidelidad con la fidelidad personal de Jesús es lo que causa las tensiones que frecuentemente producen los enfrentamientos con Jesús en las páginas de los Evangelios. Podríamos orar fácilmente con una oposición similar a las enseñanzas de Jesús en nuestras propias vidas. Durante estas últimas semanas hemos rezado con la historia de nuestra resistencia a Sus enseñanzas. Esta tensión continua entre nuestra manera de ser y la Suya siempre formará parte del drama de seguir Sus pasos. Sin embargo, esta semana resulta más apropiado orar con Jesús como “Hombre de Dios” pacífico y lleno de auto-aceptación. Ignacio nos lleva a contemplar la libertad que Jesús posee como algo que surge por haber escuchado y creído en Su identidad ante los ojos de Su “Padre Celestial”. Jesús sabe Quien es y también reconoce la santidad de las antiguas tradiciones y prácticas en que basa Sus enseñanzas, pero las desafía. Estamos observando y escuchando a una persona fiel a Sí misma y a Sus conflictos. Jesús es libre de escuchar los argumentos en contra Suya y de Su forma de vida. Jesús desea involucrarse con Sus opositores, tal y como estaba ansioso de involucrarse con los enfermos y los pobres que le rodeaban. Fidelidad no quiere decir terquedad. Jesús se mantiene valientemente abierto al diálogo y hasta a las amenazas. Más bien se muestra “apasionado”. Para Ignacio, la palabra “apasionado” significa una feroz apertura a lo que se ofrezca. Consideremos a este hombre apasionado, de intensa apertura de corazón, de manos abiertas, a la disposición de Aquél que será tanto alabado como ofendido. Al observar y escuchar a Jesús esta semana, pediremos a Dios ese tipo de auto-aceptación que nos libera de los conflictos internos y de los temores al rechazo de quienes sienten miedo de nosotros y de nuestra libertad. La auto-aceptación es más que una conclusión psicológica. Hemos sido invitados a aceptar el ser creado, redimido, bendecido y enviado, que ha encontrado aceptación en Cristo. En este sentido y a los ojos del mundo, nosotros también nos unimos a ese Jesús nuevo y diferente, rebelde y agitador de nuestra cultura, como lo fue de la Suya.
¿Cómo lo haces? Esta semana he rezado con las lecturas y observo como tus encuentros con los líderes religiosos y políticos se van volviendo más tensos. Veo como les resultas cada vez más amenazador, a medida que Tus críticas a ellos se hacen más fuertes. Y lo que me atrae cada vez más hacia Ti es el aura de paz que emanas. Te observo enfrentando a las autoridades que no confían en Ti. Les miras a los ojos, los confrontas y levantas la voz. Usualmente me asusta la ira, pero en este momento tu ira no me asusta. Me parece correcta. Pareces tener muy claros los conceptos del bien y el mal, y no temes por tu propia seguridad. Es como si Tu único pensamiento fuera ser la persona que Dios te ha llamado a ser. Tu sentido de identidad Te ha liberado para servir a Dios de maneras que no puedo imaginar. Me siento muy limitado por mis temores y mis ansiedades, y sin embargo me atrae la libertad que veo en Ti, la libertad para servir a Dios. Jesús, ayúdame a descubrir dónde es que Dios quiere que yo sirva. Veo muchas cosas negativas e injustas en el mundo, en mi país, en mi ciudad, y hasta en mi familia. Pero tengo miedo. ¿Cómo puedo cambiar ciertas cosas? ¿Cómo puedo aprender a confrontar? Y más importante aún, ¿qué es lo que Dios quiere que yo haga? Mi querido amigo Jesús, cuando Te veo, quedo enamorado de Tu fuerza y de la libertad con que sirves a Dios. Eso me atrae fuertemente. Quiero aprender a servir a Dios sin la carga de mis temores. Pareces estar muy consciente de Tu identidad y de cómo Dios Te ha llamado a servir. Quiero tener el valor suficiente para confrontar las estructuras y las autoridades que veo actuando mal. Pero, Jesús, tengo miedo. La confrontación me trae recuerdos de viejos temores que necesitan ser sanados, y necesito sentir Tu amor y Tu libertad para servir con todo el corazón. Nunca he sido una persona luchadora, sino alguien que rehuye a los conflictos. Pero cuando estoy contigo esta semana, veo que las constantes confrontaciones con las autoridades parecen darte una paz más profunda y mayor firmeza. Siento que estás cada vez más consciente de Quien eres y de la misión que Dios Te ha encomendado. Jesús, eso es lo que quiero. Quiero poder levantar la cabeza y, como Tú, poder mirar la gente a los ojos cuando las desafío. Quiero tener el valor de hablar por quienes necesitan ayuda. Quiero tener el valor de estar contigo a todo momento, trabajar como Tú, por la justicia y para llevar la buena nueva a los pobres. Gracias por compartir
Tu vida conmigo. Siento que se van estrechando los lazos que
me unen a Ti a medida que Te voy conociendo cada día
más. Gracias por invitarme a acompañarte en esta
travesía. Dame el valor que necesito para caminar como
Tú. Oración
para Empezar Cada Día: Mateo 21:12-17 Mateo 21:33-45 Mateo 23:1-39 Juan 11:45-57 |