Si bien la mayoría de los tiempos litúrgicos tienen el evangelio como enfoque principal, durante las primeras semanas de Adviento, la Iglesia nos brinda lecturas diarias del profeta Isaías. Con los ojos de la fe, éstos predicen la venida del Mesías. En lugar de una narrativa continua del evangelio que nos resulta familiar durante la mayor parte del año, esta parte del Adviento ofrece una amplia variedad de lecturas del evangelio que respaldan la primera lectura del día. 

Después de casi dos semanas de lecturas de Isaías, escuchamos la predicción de un Mesías de otros profetas de las Escrituras hebreas: en Sirac, Números, Sofonías y regresando a Isaías. Cada semana que pasa, los profetas hablan más claramente de la venida de un Salvador. 

Entonces, al leer la primera lectura, para la primera parte del Adviento, escuchamos la anticipación, la expectativa, la esperanza y la promesa. Al escuchar la segunda lectura, buscamos el cumplimiento o la conexión con el evangelio.

Parte 2: 17 al 24 de diciembre

En estos últimos ocho días antes de Navidad, la relación entre las lecturas cambia. Ahora el evangelio nos lleva a nuestra celebración de la Navidad. Los evangelios están tomados de las narraciones de la infancia de Mateo y Lucas. 

Cada uno de estos días, la primera lectura se toma de las Escrituras hebreas y se elige para que coincida con el evangelio. En muchos casos podemos imaginar a Mateo o Lucas teniendo la primera lectura abierta en sus escritorios mientras escribían el evangelio.

Entonces, podemos leer el evangelio primero y luego leer la primera lectura. La sensación de anticipación y satisfacción aumenta a medida que leemos la historia de la preparación para la primera venida de Jesús a este mundo por nosotros.