Reflexiones Dominicales Del Ministerio en línea De la Universidad de Creighton 12 de Febrero del, 2012 - [ En Inglés / In English ] Escrito por el Padre Larry Gillick, de la Compañía de Jesús. Sexto Domingo del Tiempo Ordinario Prep-oración Vivimos la Eucaristía como una misión. El Cuerpo de Cristo esta vivo mientras nos dirigimos hacia nuestras hermanas y nuestros hermanos. Durante nuestros viajes Eucarísticos nos encontramos topes en el camino. Desearíamos que fueran suaves y fáciles de vivir. Oramos estos días que vivimos la Eucaristía para poder tener corazones limpios. Oramos por la libertad de tocar lo que nos llama a sanar. También oramos con honestidad que nuestra suciedad sea tocada por Dios. Podemos orar para poder alcanzar aquellos que son considerados fuera del pueblo, fuera de círculo, pero que Cristo ha tocado, que están en la Eucarística. Oramos también para confiar en la bondad de Dios la cual nos cura nuestras heridas, topes, sarpullidos, y varias heridas físicas y emocionales que hemos tenido en nuestros viajes. También oramos por la gracia de unirnos a Jesús en su forma de llegar a los lastimados, enfermos, o alienados. Reflexion Escuchamos en la Primera Lectura solo unos versículos de los capítulos de Levítico lidiando con un solo tema, lepra. Este libro, uno de los primero cinco libros de las escrituras Hebreas, trata mayormente sobre las leyes del orden a adecuado en el pueblo, el resultado de la palabra directa de Dios a través de Moisés y de Aarón. El jardín original de perfección era una imagen de orden, todo tenía su nombre y su lugar adecuado. Cualquier imperfección, o alguna cosa fuera de lugar eran no dignas de Dios y faltas de santidad. Los dos capítulos hacen referencia a varias formas de lepra; del cuerpo, de la ropa, y de las paredes de las casas. La limpieza era una señal de devoción y una reflexión de la pureza de Dios. La enfermedad física de cualquier forma era un tipo de señal que había un tipo de impureza interior presente. Distancia, abandono, y alienación de los “puros” era la forma de prevenir la inmundicia. La persona que era juzgada por los sacerdotes si tenía la enfermedad, tenía que caminar gritando su identidad de “inmundo” y vivir de acuerdo a su nombre. En el siguiente capítulo, hay una descripción del largo proceso de exanimación, purificación, y de cómo restablecerse de nuevo en la comunidad. Al leer esto, puede que uno escoja quedarse en la condición previa de lepra. El hombre, ya curado, ahora está en el pueblo y San Marcos claramente dice que Jesús se quedo afuera en lugares desérticos para poder estar disponible para otras curaciones. El siempre será un forastero recibiendo a la gente de vuelta con su armonía con Dios y con ellos mismos. “Comieron y se llenaron, y lo que desearon el Señor se los dio; no fueron decepcionados en lo que deseaban.” Salmo. 78, 29-30 |
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