Reflexiones Dominicales
Del Ministerio en línea De la Universidad de Creighton

Primero de Mayo, 2011- [ En Inglés / In English ]

Escrito por el Padre Larry Gillick, de la Compañía de Jesús.
El Centro Deglman de la Espiritualidad de San Ignacio
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Segundo Domingo de Pascua
o Día de la Divina Misericordia

LECTURAS

[43] Hechos de los Apóstoles 2:42-47
Salmo118:2-4, 13-15, 22-24
1 Pedro  1:3-9
 San Juan 20:19-31

Prep-oración

Estaba sosteniendo mis manos juntas apretadas en el estilo acostumbrado para orar, y me di cuenta que tenía el dedo de la mano izquierda más largo que el dedo de la mano derecha. Ahora soy diestro y pensé que la razón de la desfiguración es que he usado mi mano derecha más todos estos años. Ya que estamos hablando de partes del cuerpo, mis dos dedos gordos de los pies se curvean hacia los dedos de los pies de alado. Mi conclusión es que tengo partes raras en mi cuerpo, y tengo que empezar un grupo de apoyo para gente que también tiene  partes del cuerpo raras.

Al punto, la comunidad que tiene fe con quien nos reunimos en la Eucaristía es UNA y somos todos. Como celebrante amo experimentar nuestra multi-formidad en voz, medida, postura, edad y personalidad. El cuerpo de Cristo, todo en conjunto, trae sus propios dedos de las manos y de los pies y de los dedos, y todo el cuerpo a celebrar: Que y Quien es. Pienso que podemos orar aun con nuestras rarezas, preparándonos para este fin de semana después de Pascua. Aunque somos únicos y no comunes, ponemos en común nuestras formas únicas de ser y les permitimos ser bendecidos y compartimos hacia afuera lo que hemos tomado, El Cuerpo de Cristo. Qué raro de Dios amar lo que es raro. Tú también puedes orar con tus manos juntas y checar si tienes rasgos únicos. Y si los tienes, también puedes orar con el Dios que ama a todos.

Reflexión

Hay dos reuniones en las lecturas de hoy. En la primera lectura de Hechos de los Apóstoles, hay una maravillosa descripción de cómo se reunían en los primeros días de la Iglesia, poniendo sus bienes mundanos a bienes celestiales, partiendo el PAN y celebrando como ellos mismos sabían hacerlo.

Ahora estaremos escuchando el libro de los Hechos de los Apóstoles cada domingo por un buen tiempo. Estas lecturas se centran siempre en las acciones de un grupo en crecimiento, quienes sabían que habían sido inspirados por Dios para inspirar vida mas alla de los limites de Jerusalmen y hacia todas las esquinas del mundo. Ellos trataron de hacer las cosas que reflejaran sus nombre, El Cuerpo de Cristo.

La primera lectura coloca de antemano un modelo de cómo debe ser la iglesia y que debe hacer la iglesia. En sus principios, la iglesia era inclusiva, generosa, audaz, sospechosa, perseguida y hasta tenia desacuerdos. Ella creció por que el Espíritu Santo hiso que sus personalidades y acciones llamaran la atención.

El evangelio ilustra “la segunda cena”, pero sin estar juntos. SI, los diez estaban en el mismo cuarto, pero no juntos. La vergüenza distancia y aísla. Era por miedo que se escondían en el mismo lugar y por vergüenza se escondían de uno del otro.

Es esta reunión llena de vergüenza y separación por que Jesús aparece en esta liturgia de la Pascua. Ellos los recibe con un saludo de paz y lo vuelve hacer una segunda vez. Por eso Jesús les dio su cuerpo como un gesto de bendición. El completa esta primera liturgia del Evangelio de hoy con un rito de perdón en El cual los invita a perdonarse a sí mismos como El los ha perdonado, o que sigan aferrándose a su vergüenza.

Tomas finalmente se aparece y escucha, pero necesita ver. Esta temática la usa muy seguido San Juan en su Evangelio. Esto monta la segunda liturgia de la siguiente semana. Ahora ellos están reunidos junto y Jesús se aparece por segunda vez. Otra vez empieza con un saludo de paz y luego le ofrece su Cuerpo a Tomas que ve y cree que Jesús es, después de todo, el Cristo y el Señor. Esta es una escena muy cariñosa. Jesús va al punto, tal donde El puede resucitar a los que negaron, se fueron y se negaron a sí mismos.

Aquí hay una forma litúrgica dentro de estas lecturas y el Evangelio. Los diez esta no totalmente presentes cuando Jesús se presenta a sí mismo. Este es el entorno perfecto para nuestra oración litúrgica y personal. Estamos no totalmente presentes, pero esto no detiene a Jesús de romper a través de nuestras paredes de distracción y preocupación. Si nos aparecemos y le damos tiempo a Jesús, El nos ofrecerá darnos paz. Experimentaremos la necesidad de que nuestras paredes se caigan y la introspección se hará menos atrayente.

Cuando somos novicios una campanita suena cada veinte minutos recordándonos nuestra tarea de la oración matutina. La tercera campanada era la que me traía paz y me sacaba de mis preguntas de lo que se suponía que debería estar haciendo.

Últimamente me he dado cuento que la pregunta acerca de lo que debo estar haciendo se ha disuelto. Supongo que he tenido brillantes pensamientos y reconfortantes entendimientos entonces ya me di por vencido en las preguntas. Jesús respiro sobre sus caos y me encuentro disponible a ese mismo respiro recreador. El recibimiento se vuelve más importante que la percepción. Esa tercera campanada nos dijo que la oración acabo y que teníamos que ir a la capilla el resto del día.

Jesús concluye esta liturgia Pascual como El normalmente concluye cualquier encuentro íntimo. Jesús mando Sus amigos cono El había sido mandado a ellos. En mi casa, un cuarto pequeño, no hay tercera  campanada, ni primera ni segunda. Yo experimento el final de la oración como si fuera el principio del día fuera mandado a una misión. El fue mandado, y yo también. La meta de la intimidad es la fecundidad. La meta de la oración es el ser encontrados, bendecidos y mandados como siendo una bendición.

Espero, deseo, oro, que la hora cuando termino de orar me mande a tener un recuentro litúrgico similar donde de paz, este presente con él/ella/ellos para que así él/ella/ellos encuentren paz, bondad, y su propia misión.

 “Den gracias al Señor, pues él es bueno, pues su bondad perdura para siempre”. Salmo 118, 1

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